Descubrimientos en el mundo mágico

Solo tenía once años cuando un hombre de larga barba apareció en la puerta de mi casa para decirme que era una bruja. Cuando escuché la palabra bruja me sentí aterrorizada, yo no quería ser una de esas mujeres horrorosas que se dedicaban a realizar encantamientos para su propio beneficio que salían en los cuentos.  Claro que sabía que era especial, incluso eso a veces me asustaba, cuando me alteraba o frustraba pasaban cosas realmente inusuales a mi alrededor, pero nada de eso me hizo creer las palabras de ese señor.  Me entregó una carta y me explico que él era Albus Dumbledore, director de la escuela Hogwarts de magia y hechizería y que ese año debía comenzar con mis estudios. Fue entonces cuando comencé a pensar en sus palabras, ¿yo la simplona de Lily Evans una bruja? Recordé todas aquellas veces en las que lograba salvarme de algún peligro, como aquella vez que iba a caer por las escaleras y sorpresivamente floté unos centímetros antes de caer al suelo, o cuando estaba en la biblioteca y no podía alcanzar un libro me frustré mucho y el libro voló hacía mis manos. Analicé las posibilidades, el profesor Dumbledore me miraba con una sonrisa en el rostro.

-Yo también soy como tú Lily –me dijo, alzó una mano y un libro llego flotando a sus manos, lo miré sorprendida y sonreí- ahora querida, nos vemos el 1 de Septiembre para el comienzo de tu año escolar

Entre mi sorpresa y ansiedad el 1 de Septiembre llegó volando, el día anterior apareció sobre mi cama una carta llamada vociferador, cuando la abrí mi sorpresa fue enorme al descubrir que la dichosa carta no contenía letras y al tacto se transformaba en una especie de boca de papel que hablaba, de la boca salían explicaciones e instrucciones igual que una especie de grabadora… Debía buscar el andén 9 ¾ me explico y correr hacía el, solo así podría llegar al tren que me llevaría a Hogwarts.  Seguí las instrucciones al pie de la letra y en un par de horas llegué a un imponente castillo, era Hogwarts, sonreí y un grupo de chicos pasó corriendo por mi lado, cuando iba a acercarme a ellos el hombre más grande que alguna vez pude imaginar se puso frente a mi.

-A los botes –dijo, su voz era imponente igual que toda su figura, todos lo seguimos. Momentos más tarde estaba sentada en una butaca con un viejo sombrero en mi cabeza, según me explicó  una de mis profesoras, ese sombrero serviría para seleccionarme en una de las casas del colegio.

-Gryffindor! –gritó el sombrero y toda una mesa rompió en aplausos, sonreí y me encaminé a la mesa decorada de escarlata y dorado, me senté y volví a mirar al sombrero era el turno de un niño de gafas y cabello azabache, era un niño muy guapo, sentí mis mejillas teñirse de rojo

-Hola, soy Remus –mi mirada se dirigió a mi derecha, un niño castaño, alto y delgado estaba sentado a mi lado- también de primer año –extendió su mano, la estreché con una sonrisa-¿Tu eres?

-Lily Evans –sonreí-

-¿Tienes hermanos aquí? –Me preguntó, negué con la cabeza-

-Soy la única bruja de la familia –dije con una tímida sonrisa-

-Oh eres hija de padres Muggles –susurró-

-¿Muggles?

-Si, personas sin magia, como tus padres –lo miré atentamente-

-Entiendo…¿ y tu eres hijo de padres muggles también? –Remus negó con la cabeza-

-No, mis padres son magos –sonrió- pero eso no es importante, y dime, ¿te gusta el Quidditch?

-¿Quidditch? –¿que qué? No entendía absolutamente nada.

-Es el deporte mágico más popular –respondió el chico que hace un momento atrás había estado bajo el sombrero seleccionador- Soy James Potter – lo miré, no supe en que momento había llegado a la mesa, estaba tan ensimismada en la conversación que no presté atención a mi alrededor-

-¿Nadie te explico nada del mundo mágico Lily? –Preguntó Remus con una agradable sonrisa, negué con la cabeza-

-Nosotros podemos ayudarte –sugirió un chico de cabello lacio hasta los hombros y grandes ojos azules –Soy Sirius Black

-Un gusto a todos…Lily Evans

Y así fue como ese día no solo conocí a los que serían mis mejores amigos y el amor de mi vida, si no que me enteré de muchas cosas, como por ejemplo que en el quidditch se necesitan tres pelotas diferentes, una bludger, una quaffle y una snitch, que a las personas como yo les llaman sangre sucia por no ser provenientes de familias magas, que hogsmeade es el pueblo más cercano a Hogwarts y en este es posible salir a divertirse, que la cerveza de mantequillas no es alcohol como todos piensan sino más bien es una bebida muy popular, que la nimbus 2000 es una escoba de vuelo y que el callejón Diagon es el único callejón en Londres exclusivamente de magos.

Mis años en Hogwarts fueron mágicos, literalmente claro, y llenos de aventuras, Remus, James, Sirius y yo somos inseparables y aún ahora cuando curso mi 6° año en Hogwarts nunca dejo de aprender. Terminado el día Remus me toma de la mano y me lleva en silencio a la sala común, allí nos esperan James y Sirius, James mira nuestras manos y frunce el ceño, no puedo hacer más que sonreír.

-¿Pasa algo chicos?

-Creo que es hora de que te enteres de algo Lily –dice James mientras se sienta a mi lado en el sillón

-Lily… -Remus me mira a los ojos, parece devastado- Quiero contarte algo, entenderé si después de esto quieres alejarte de mi, pero por favor escucha todo hasta el final.

-Claro Remus, dime que pasa

-Lily soy un licántropo y Sirius, James y Peter son animagos –abrí los ojos sorprendida, Remus era un hombre lobo y los chicos eran animagos ilegales, ¡se transformaban en animales! , había sospechado mucho sobre el comportamiento de Remus pero nunca espere que el secreto fuera ese.

-¿Por qué no me lo dijiste antes Remus?

-¿Estás enfadada? ¿Tienes miedo?

-Claro que no bobo, nada de lo que pase va a cambiar lo mucho que te quiero –sonreímos y abracé a mi amigo-

Luego de la revelación de Remus todo estuvo normal, (sin contar con que James se dedicaba a arruinar todas mis citas y a pedirme que saliera con el cada cinco minutos ) pero como nada es perfecto pronto se comenzó a escuchar por todo el mundo mágico la aparición de un tal señor tenebroso, el cual se hacía llamar Lord Voldemort, tenía a todo un ejército a su favor, los mortífagos , la gente temblaba al escuchar su nombre y cada vez que una persona vestida de negro aparecía todos contenían la respiración ,había comenzado la época del terror.  

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Una chica pelirroja sonreía mientras lentamente cerraba el libro que había es su regazo, un joven de cabello color azabache la observaba  atentamente de pie frente a ella, la joven se puso de pie y fue en dirección al muchacho.

-¿Ya haz terminado? –Preguntó James- solo a ti se te ocurre venir a hacer deberes en los terrenos Lily

-Si, solo escribía en mi diario James –sonrío y lo beso suavemente en los labios, ambos sonrieron y caminaron rumbo al castillo. Desde lejos un chico de nariz ganchuda y pelo grasiento los observaba con rencor.

Pero lo que ninguno de los tres sabía era que muy pronto ese periodo de paz terminaría, James y Lily estaban destinados a amarse más allá de la muerte y de ese sentimiento nacería un niño…  un niño que traería fe y esperanza a toda la humanidad…